Crece la demanda de cirugía estética después del verano.
Tras unos años de acumulación de estadísticas se ha ido observando una tendencia de tendencia de crecimiento de las operaciones de cirugía plástica y estética después de las temporadas de verano (quitando las mayor “temporada” de operaciones que suele ser en primavera, de cara a la siguiente estación).
Esto se debe a una serie de motivos:
En primavera las operaciones de cirugía plástica y estética están enfocadas a la mejora del concepto propio y del físico de cara a la estación veraniega, aquella en la que más expuesto, precisamente, está el cuerpo debido al calor. Y no son pocas las personas que con esa previsión se disponen a solicitar sus liposucciones, abdominoplastia, lifting de muslos y otras intervenciones.
Pero, después del verano también hay un incremento en la solicitud de los servicios de cirugía plástica y estética en las consultas de los profesionales. Sobre todo, y debido a las propias características del verano que ahora comentaremos, de las intervenciones faciales.
¿Por qué faciales?
Al acabar el verano la piel demuestra estrés derivado de la influencia de los rayos solares y la exposición continua. En muchas ocasiones esa exposición sin la correcta protección, puede producir la aparición de manchas en el rostro, oscurecimientos de la piel en diversas zonas y patrones.
También sucede que, desapareciendo el verano, las arrugas pueden aparecer más visibles al ir atenuándose el bronceado logrado en verano, motivo por el que el lifting también, es tan recurrido después de la estación del calor más intenso.
Igualmente, con la vuelta al trabajo, queremos tener un aspecto renovado, se ha estado en ambientes muy distintos y la vuelta a la rutina puede ser tediosa y dura. Muchas veces las operaciones de cirugía plástica y estética en su variante también de componente psicológico positivo: el aumentar la autoestima mejorando nuestro aspecto.